DIEGO FERNÁNDEZ COMENZÓ su camino en el mundo culinario en el año 2004, formándose en la Escuela de Hostelería de Gijón donde, tras acabar el ciclo, empezó a trabajar en el restaurante El Puerto junto al cocinero Miguel Arroyo, uno de los mejores cocineros de cocina clásica asturiana. También pasó por otro de los restaurantes asturianos más galardonados de la cocina asturiana y nacional, Casa Gerardo, en el que estuvo tres años y donde continuó formándose con el maestro Pedro Morán. Años antes de iniciarse en solitario en su restaurante, trabajó durante tres años en los restaurantes La Salgar de Gijón y Casa Marcial en Arriondas. Su paso por este último fue el que más le marcó a nivel profesional, ya que siendo la mano derecha de Nacho Manzano, Casa Marcial consiguió algo histórico para la cocina asturiana al ser galardonada con la segunda estrella Michelín. En octubre de 2011, Diego Fernández comienza una nueva etapa abriendo su propio restaurante, Regueiro situado en el occidente asturiano, en la localidad de Tox, a tan sólo 1 kilometro de la localidad costera de Puerto de Vega. Regueiro es un restaurante donde se cocina a "pecho descubierto". Diego cocina sin ataduras, obsesionado con el gusto y el equilibrio de sus platos buscando siempre ese punto de emoción en cada cliente que pasa por su casa. Define su cocina como "sencilla, que no simple". No entiende tradición o innovación, para Diego solo existen dos tipos de cocina, buena o mala. En 2013, le entregan la Caldereta de Don Calixto como premio al cocinero joven asturiano. En 2014, fue el segundo clasificado como Cocinero Revelación en Madrid Fusión. En 2015, es premiado con “La mejor croqueta de jamón ibérico del mundo” en Madrid Fusión y como “mejor restaurante innovador 2015” por el colegio de críticos asturiano. En 2016, recogió el premio de Sabores del Arco Atlántico como mejor cocinero de Asturias.